A través de talleres creativos, se busca promover la lectura y la escritura
YUSETT YÁÑEZ/PORTAVOZ
En Tuxtla Gutiérrez, un espacio se abre como refugio de lecturas, cuentos y esperanzas. El proyecto “Lengua Escrita y Movilidad Humana”, impulsado por el Centro de Capacitación Intercultural de Chiapas (CECiTy) y vinculado a Cáritas, se encuentra muy cerca de la parroquia Santo Domingo de Guzmán. Aquí, se llevan a cabo talleres diseñados para acercar a diversas personas, especialmente a aquellas en situación de vulnerabilidad, a la lectura y la escritura.
Alejandro, uno de los talleristas, explicó: “Pertenece al proyecto ‘Lengua Escrita y Movilidad Humana’, adjudicado a CECiTy y vinculado con Cáritas… damos actividades de lectoescritura para acercar a personas diversas, sobre todo población vulnerable a la lectura y lectoescritura”. Este enfoque busca no solo enseñar a leer y escribir, sino también reconocer que cada individuo interpreta el mundo a su manera. Para los niños migrantes, estos talleres representan un puente que les permite reconectar con un fragmento de la vida que dejaron atrás.
Las actividades son variadas, desde la creación de títeres hasta cuentacuentos y lectura de libros. “Las actividades son diversas, creación de títeres, creación de cuentos, cuentacuentos con títeres, lectura de libros y actividades vinculadas a la lectura y escritura”, añadió Alejandro, resaltando la diversidad de enfoques que pueden llegar a captar el interés de los participantes.
Sin embargo, el contexto educativo en Chiapas presenta desafíos significativos. Datos del Inegi indican que entre el 13 y 14 por ciento de la población de 15 años o más en el estado no sabe leer ni escribir, lo que se traduce en más de medio millón de personas. Esta situación afecta desproporcionadamente a las mujeres, quienes constituyen alrededor del 63 por ciento del total de analfabetos, y a las comunidades indígenas, donde el analfabetismo es aún más agudo.
Aunque la región centro, donde se ubica Tuxtla Gutiérrez, muestra una tasa de analfabetismo relativamente menor (15.5 por ciento), algunos municipios rurales indígenas como Ocosingo, Chamula, Chilón y Sitalá enfrentan tasas que alcanzan hasta el 40 por ciento. Para hacer frente a esta realidad, el Gobierno ha implementado el programa “Chiapas Puede”, una iniciativa que busca reducir el analfabetismo mediante la alfabetización en contextos interculturales y etnopedagógicos. Hasta mediados de 2025, más de 96 mil personas se habían inscrito en dicho programa, con la ambiciosa meta de alcanzar los 200 mil alfabetizados al final del año.
En este marco, los talleres comunitarios del Parque Santo Domingo complementan el esfuerzo gubernamental, sirviendo como espacios inclusivos que ofrecen oportunidades a quienes quedan fuera del sistema escolar formal, especialmente a niños migrantes y personas en movimiento. Alejandro reflexiona sobre la importancia de este enfoque: “Pensamos que toda persona está prealfabetizada… aunque no sepan leer o escribir, hacen una ‘lectura del mundo’… por ejemplo, los niños en movilidad, muchos ya tenían alguna forma de alfabetización, extrañaban la escuela y este espacio les permitía reconectar”.
Celebrando cada historia, cada títere, cada cuento compartido, estos talleres enriquecen más que letras, construyen comunidad, dignidad y puentes entre mundos. Desde las voces de los talleristas hasta los cuentacuentos bajo los árboles, y con el respaldo de datos que evidencian la magnitud del reto alfabetizador en la entidad, queda claro que, más allá de cifras, la lectura tiene el poder de transformar vidas. En Tuxtla Gutiérrez, el proyecto “Lengua Escrita y Movilidad Humana” se erige como un faro de esperanza en un panorama educativo que aún necesita mucho por hacer.