Capacitación limitada y protocolos deficientes afectan la protección
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
La lucha contra la violencia de género en Chiapas enfrenta un dilema estructural, las estrategias de prevención continúan enfocándose en las mujeres, mientras que los agresores permanecen sin intervención directa. Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP, 2024), Chiapas registró 102 feminicidios en 2024, con un incremento del seis por ciento respecto al año anterior, lo que mostró la ineficacia de las políticas centradas solo en víctimas.
Expertos y activistas han alertado sobre la necesidad de programas de rehabilitación y seguimiento para hombres violentos. En la actualidad, solo 12 de los 124 municipios del estado cuentan con algún tipo de programa preventivo para agresores, según la Secretaría de Igualdad de Género de Chiapas. La ausencia de estos espacios limita las oportunidades de disuasión y contribuye a la reincidencia en conductas violentas.
En paralelo, el fenómeno de la “pedagogía de la crueldad” exhibe cómo la brutalidad de los crímenes se normaliza en la sociedad, lo que genera impacto mediático, pero poca prevención efectiva. De acuerdo con el Observatorio Nacional de Feminicidios, el 48 por ciento de los casos reportados en 2024 ocurrieron en espacios familiares o cercanos, lo que exhibió que las alertas y protocolos actuales no logran interrumpir el ciclo de violencia.
La falta de formación especializada también agrava la situación. Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi, 2023), indicaron que solo el 35 por ciento del personal encargado de atender denuncias de violencia de género en la entidad cuenta con capacitación en perspectiva de género, lo que propicia orientaciones hacia la conciliación con agresores, una práctica que activistas consideran inadmisible.
Activistas subrayaron la urgencia de rediseñar las políticas públicas, implementar campañas de disuasión con testimonios de agresores arrepentidos, fortalecer los centros de rehabilitación y priorizar la prevención sobre la reacción. Según cifras de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, el 62 por ciento de las mujeres que sufren violencia no denuncian por miedo o desconfianza en las autoridades, lo que muestra la necesidad de estrategias integrales que actúen sobre agresores y víctimas de manera simultánea.