El arresto se habría dado por presuntos vínculos con la delincuencia organizada
ARGENIS ESQUIPULAS/PORTAVOZ
En un operativo conjunto de las autoridades estatales y la Fiscalía General del Estado (FGE), José Antonio “N”, alcalde del municipio de Frontera Comalapa, fue detenido este domingo bajo acusaciones de corrupción. Además, se le relaciona con delitos graves como desaparición forzada de personas, extorsión agravada y homicidio, vinculados a su presunta colaboración con grupos delictivos que operan en la región de la Sierra de Chiapas.
El arresto se realizó en coordinación con la Policía de Investigación (PDI), la Secretaría de Seguridad del Pueblo, la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal (FRIP) y la Policía Estatal Preventiva (PEP), quienes desplegaron operativos en la zona para ejecutar la orden de aprehensión contra el alcalde.
De acuerdo con las investigaciones de la FGE, el ahora detenido utilizó su posición como presidente municipal para facilitar operaciones ilícitas, lo que derivó en la apertura de diversas carpetas de investigación por desapariciones forzadas y homicidios ocurridos en la región. Su nombre aparece relacionado con el accionar de grupos armados que han sembrado violencia en el municipio fronterizo, intensificando la inseguridad que ha afectado gravemente a las comunidades locales.
Durante el operativo, también fueron detenidos Jorge “N” y Juan Manuel “N”, presuntos colaboradores del alcalde. Las autoridades aseguraron un vehículo Volkswagen Amarok 4×4, dos fusiles de alto poder —uno calibre .223 y otro calibre 7.62—, así como cargadores abastecidos, lo que refuerza las acusaciones de que existía una estrecha relación entre el edil y organizaciones delictivas.
El alcalde José Antonio “N” fue trasladado al centro penitenciario correspondiente, donde será puesto a disposición del órgano jurisdiccional para enfrentar las acusaciones en su contra. Mientras tanto, las autoridades continúan con las investigaciones, buscando establecer el alcance de sus presuntas actividades delictivas y sus implicaciones en la ola de violencia que afecta a Frontera Comalapa.
La Fiscalía General del Estado y la Secretaría de Seguridad del Pueblo reiteraron su compromiso de garantizar la tranquilidad de los habitantes del municipio. Mediante un comunicado oficial, señalaron que continuarán con los operativos en la región bajo los principios de “Cero Impunidad” y “Cero Corrupción”, con el objetivo de restablecer el orden y castigar a quienes infringen la ley.
Las autoridades hicieron un llamado a los ciudadanos a colaborar con información que pueda ser útil para las investigaciones, en un esfuerzo por desmantelar las redes criminales que operan en la región. Frontera Comalapa, conocida por ser una de las zonas más afectadas por la disputa entre grupos del crimen organizado, se encuentra bajo especial vigilancia en estos momentos.
La detención del alcalde marca un hito en los esfuerzos por combatir la corrupción y la violencia en Chiapas, evidenciando las graves consecuencias de la colusión entre autoridades locales y organizaciones delictivas.
El pasado 1 de enero, el alcalde interino de Frontera Comalapa, Saín Cruz Villatoro Herrera, difundió un mensaje en sus redes sociales para informar sobre el ingreso de elementos de seguridad al municipio, marcado en los últimos meses por una crisis de violencia e inseguridad.
En su mensaje, Villatoro Herrera explicó que el 29 de diciembre ingresaron al municipio las Fuerzas de Reacción Inmediata Pakal, un grupo especial de la Policía Estatal de Chiapas, con el objetivo de realizar acciones específicas para restablecer la paz en la región. “Para llevar a cabo acciones específicas, para regresar la paz, liberar el libre tránsito en las carreteras y establecer el orden”, afirmó en el video publicado.
Este anuncio se da en un contexto político y social complejo para Frontera Comalapa. Villatoro Herrera asumió la Presidencia municipal de manera interina el pasado 8 de octubre, tras la desaparición de Aníbal Roblero Castillo, alcalde electo, quien fue secuestrado el 3 de septiembre en la capital del estado, Tuxtla Gutiérrez, presuntamente por un grupo armado. Desde entonces, el municipio ha enfrentado serios desafíos derivados de la falta de gobernabilidad y el incremento de actos violentos atribuibles a disputas entre grupos del crimen organizado.
La llegada de las fuerzas policiales ha sido vista como un paso crucial para recuperar el control en una región que ha sido señalada como zona de paso para actividades ilícitas, incluyendo el tráfico de drogas y personas. En semanas recientes, diversas organizaciones civiles y habitantes de Frontera Comalapa habían denunciado públicamente el incremento de bloqueos carreteros, enfrentamientos entre grupos armados y el temor constante en la vida cotidiana de la población.
Sin embargo, no han faltado las críticas hacia las acciones del Gobierno estatal y municipal. Algunos habitantes señalan que las medidas llegan tarde y que la presencia de fuerzas de seguridad debe ser acompañada de estrategias integrales que incluyan atención a las comunidades afectadas, promoción de actividades económicas lícitas y fortalecimiento de los derechos humanos.
Por otro lado, activistas y defensores de derechos humanos han advertido sobre posibles violaciones en las operaciones de las fuerzas de seguridad. Insisten en que, aunque es necesario el restablecimiento del orden, las acciones deben realizarse bajo estricta vigilancia para evitar abusos contra la población civil, que se encuentra atrapada en medio del conflicto.
Mientras tanto, el Gobierno de Villatoro Herrera enfrenta una serie de desafíos para devolver la estabilidad a Frontera Comalapa. Su administración interina tiene la tarea de coordinar esfuerzos con los distintos órdenes de Gobierno y dar respuesta a las demandas de justicia y seguridad que claman los habitantes del municipio.
La crisis de Frontera Comalapa no solo refleja los problemas locales, sino que también pone de manifiesto la fragilidad del Estado de Derecho en algunas regiones de Chiapas, donde el control del territorio parece haberse diluido entre los intereses de grupos delictivos y la ausencia de una estrategia efectiva por parte del Gobierno.
Por ahora, la entrada de las Fuerzas de Reacción Inmediata Pakal marca un nuevo intento de las autoridades para contener la crisis. Sin embargo, el camino hacia la recuperación de la paz y el restablecimiento de la confianza de la ciudadanía aún parece largo y lleno de retos.
Apenas el pasado 05 de enero del año en curso, se llevó a cabo uno operativo militar-policíaco realizado en el ejido Barra San José, municipio de Mazatán, ha dado como resultado la aprehensión de dos individuos y el aseguramiento de varios bienes relacionados con la producción de drogas sintéticas, entre ellos lanchas, motores fuera de borda y productos químicos.
El 5 de enero, fuerzas de la Secretaría de Marina, en colaboración con la Fiscalía General del Estado, la Secretaría de Seguridad del Pueblo y la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal, llevaron a cabo un cateo en dos inmuebles que se sospechaba eran utilizados por grupos delictivos para la elaboración de sustancias ilícitas. Durante la operación, fueron detenidos Rafael N y Roberto N, quienes fueron arrestados por el delito de resistencia de particulares, tras intentar obstruir el despliegue de las fuerzas de seguridad.
El operativo resultó en el aseguramiento de diversos elementos, incluyendo un número no precisado de lanchas y un lanchón, así como cinco motores fuera de borda que podrían haber sido utilizados para el transporte de drogas o personas. Además, se encontraron varios productos químicos, presuntamente empleados en la fabricación de drogas sintéticas, lo que sugiere la presencia de una red de narcotráfico operando en la zona costera de Chiapas.
Entre los hallazgos también se descubrieron campamentos improvisados, poncha llantas, 429 bidones de combustible que aparentemente se destinaban para las lanchas rápidas, y un canal privado que conecta las casas aseguradas con el mar. Este descubrimiento podría indicar que las actividades ilícitas en el lugar estaban directamente relacionadas con el tráfico de sustancias hacia otras áreas.
Asimismo, se encontraron 105 cartuchos útiles de diferentes calibres, lo que refuerza la hipótesis de que el lugar era utilizado por grupos armados para proteger sus operaciones. También se aseguraron una motocicleta, tres bolsas con droga cristal y hierba seca con características de la marihuana, lo que evidencia la diversidad de sustancias involucradas en las actividades ilícitas en la región.
El aseguramiento de estos bienes y las detenciones efectuadas son un importante avance en la lucha contra las actividades ilícitas y el crimen organizado en la región costera de Chiapas. La Fiscalía General del Estado y las fuerzas de seguridad han asegurado que continuarán con las investigaciones para desmantelar por completo las redes delictivas involucradas en la fabricación y distribución de drogas en la zona.
Este operativo es una muestra del esfuerzo conjunto entre las autoridades locales y federales para combatir la violencia en Chiapas, un estado que ha enfrentado graves problemas de seguridad en los últimos años.