El sitio, ya cateado antes por la Fiscalía estatal, evidenció una revisión superficial y omisiones graves
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
En la comunidad de Salvador Urbina, municipio de Chiapa de Corzo, integrantes del colectivo Madres en Resistencia Chiapas hallaron un escondite subterráneo equipado con balas, chalecos tácticos, cascos y barricadas. El sitio, que había sido cateado en febrero por la Fiscalía General del Estado (FGE), pasó desapercibido hasta que la perrita rescatista “Luna” alertó sobre su existencia.
El hallazgo se produjo en medio de una búsqueda de personas desaparecidas, lo que refuerza las sospechas de que el lugar pudo haber sido utilizado en actos de violencia. Además del armamento táctico, se encontró un lazo colgante en un árbol dentro de la propiedad, sugiriendo que el sitio pudo ser escenario de posibles actos de tortura.
Salvador Urbina es una de las comunidades con mayor incidencia de desapariciones en Chiapa de Corzo, junto con Plan Chiapas y América Libre. El municipio ocupa el lugar número 12 en el estado en cuanto a desapariciones forzadas, al acumular al menos 24 casos. Pese a ello, la respuesta de las autoridades ha sido prácticamente nula, en un territorio donde la corrupción y la impunidad han generado un vacío de poder.
El contexto de inseguridad en Chiapa de Corzo ha sido palpable. En enero, 87 policías municipales fueron detenidos por presuntos nexos con el crimen organizado, lo que deja aún más expuesta a la población. La omisión de las autoridades locales, encabezadas por Limbano Domínguez, ha permitido que la crisis se agrave, mientras los colectivos ciudadanos han tomado el papel de buscadores ante la indiferencia gubernamental.
El hallazgo de este escondite subterráneo vuelve a poner en el centro del debate la inacción del Estado frente a la crisis de desapariciones. Mientras los operativos oficiales siguen sin respuestas eficaces, las familias continúan en la búsqueda de los suyos en una tierra donde la violencia opera en las sombras.