Por cada mujer detectada con el virus, hay tres hombres con contagiados
ARGENIS ESQUIPULAS/PORTAVOZ
FOTOS: ALEJANDRO LÓPEZ
La Coordinación Estatal de VIH de la Secretaría de Salud en Chiapas reveló que durante los
últimos cinco años se ha registrado un promedio anual de 700 nuevos casos de infección
por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), una cifra que, de acuerdo con las
autoridades, evidencia las secuelas que dejó la pandemia de COVID-19 en los sistemas de
salud, particularmente en los programas de detección y diagnóstico oportuno de esta
enfermedad.
Daniel Berenice Robles Villafuerte, quien actualmente funge como responsable de la
Coordinación Estatal de VIH, explicó que una parte significativa de estas infecciones
corresponden a años anteriores, pero apenas han sido identificadas debido a que durante
la emergencia sanitaria se vieron interrumpidas o limitadas muchas de las estrategias de
prevención y diagnóstico.
“Estamos observando casos que se originaron hace tiempo, pero que no habían sido
diagnosticados hasta ahora. La pandemia afectó los procesos de atención y vigilancia, lo
que retrasó la detección de muchos de estos casos”, apuntó Robles Villafuerte.
Aunque Chiapas no figura entre las entidades con mayor incidencia proporcional de VIH, sí
se ubica en la cuarta posición a nivel nacional en cuanto al número absoluto de casos
nuevos reportados anualmente. Las entidades con las tasas más elevadas de incidencia,
según los datos oficiales, son Yucatán, Veracruz y la Ciudad de México.
Dentro del estado, los municipios que concentran el mayor número de casos acumulados
son Tapachula, Tonalá, Villaflores y San Cristóbal de Las Casas. Estos lugares destacan por
su alta movilidad poblacional, ya sea por su ubicación geográfica, su actividad comercial o
su relevancia como destinos turísticos o rutas migratorias.
“El comportamiento de la epidemia en Chiapas también tiene relación con factores
sociales y demográficos. Las ciudades con mayor tránsito de personas tienden a tener una
mayor prevalencia”, comentó la funcionaria.
La epidemia del VIH en Chiapas afecta de manera desproporcionada a los hombres. La
razón de masculinidad en los casos diagnosticados es de tres a uno, es decir, por cada
mujer detectada con VIH, hay tres hombres con el virus. Esta relación, sin embargo, es
menos desigual que en otras entidades del país como Jalisco, donde se reporta una
proporción de siete a uno.
El perfil epidemiológico, de acuerdo con especialistas, se relaciona con prácticas sexuales
sin protección entre hombres que tienen sexo con hombres (HSH), un grupo que sigue
siendo uno de los más afectados por la infección en todo el país. No obstante, también se
ha documentado un incremento en los casos entre mujeres, lo que obliga a reforzar las
estrategias de prevención con enfoque de género.
Para enfrentar esta problemática, la Secretaría de Salud estatal ha desplegado una
estrategia de prevención combinada, que va más allá de la distribución de medicamentos
antirretrovirales e incluye intervenciones para promover cambios en los hábitos de vida,
así como el fortalecimiento de la salud mental en las personas que viven con VIH o están
en riesgo de adquirirlo.
Esta estrategia contempla la instalación de clínicas especializadas y unidades médicas en
diversos puntos del estado, así como la operación de dos Centros Ambulatorios para la
Prevención y Atención del Sida y otras Infecciones de Transmisión Sexual (CAPASITS),
ubicados en las ciudades de Tuxtla Gutiérrez y Tapachula.
“Trabajamos en un enfoque integral que incluye el acompañamiento psicológico, la
asesoría en salud sexual y la vinculación a servicios médicos especializados. No sólo se
trata de dar medicamentos, sino de garantizar una atención digna y sin estigmas”, detalló
Robles Villafuerte.
En lo que va de 2024, se han realizado alrededor de 19 mil pruebas de detección del VIH
en Chiapas tan sólo durante el primer trimestre del año. De acuerdo con la Coordinación
Estatal de VIH, esto representa un avance importante, ya que al menos el 80 por ciento de
la población tiene acceso a estos estudios de forma gratuita y confidencial.
Cada año, en promedio, se aplican cerca de 63 mil pruebas de detección en todo el
estado. Estas pruebas se ofrecen en unidades médicas, campañas itinerantes y jornadas
de salud organizadas en comunidades rurales e indígenas, donde históricamente ha
existido menor acceso a los servicios de salud.
“El acceso a la prueba es fundamental para romper la cadena de transmisión. Mientras
más personas conozcan su estado serológico, más rápido se puede iniciar el tratamiento y
evitar nuevas infecciones”, puntualizó la funcionaria estatal.
A pesar de los avances en diagnóstico y tratamiento, el VIH sigue siendo una de las
enfermedades con mayor carga de estigmatización en Chiapas. Muchas personas,
especialmente en comunidades rurales o indígenas, aún enfrentan discriminación al ser
diagnosticadas o al intentar acceder a servicios especializados.
Organizaciones civiles y colectivos de personas que viven con VIH han denunciado en
diversas ocasiones la falta de sensibilización en algunos sectores del personal médico y la
ausencia de políticas públicas que garanticen la no discriminación en el entorno laboral,
educativo y social.
“La discriminación es uno de los principales obstáculos para que las personas se acerquen
a los servicios de salud. Necesitamos seguir trabajando desde todos los frentes para
erradicar el estigma”, concluyó Robles Villafuerte.
Aunque Chiapas no figura entre los primeros cinco estados del país con mayor incidencia
de VIH, ocupa el cuarto lugar nacional en número de casos nuevos, lo que evidencia un
reto persistente en la prevención y atención de esta enfermedad en la entidad. En
contraste, estados como Yucatán, Veracruz y la Ciudad de México lideran en incidencia, lo
que señala diferencias significativas en la dinámica de contagios a nivel nacional.
Dentro del territorio chiapaneco, los municipios que registran el mayor número de casos
históricos son Tapachula, Tonalá, Villaflores y San Cristóbal de Las Casas. Esta
concentración obedece principalmente a la alta movilidad poblacional en estas zonas,
muchas de las cuales son centros urbanos de paso obligado para miles de personas
migrantes que transitan por el estado o se establecen temporalmente en busca de trabajo
y servicios básicos.
Uno de los datos más preocupantes es la marcada desigualdad en la distribución por
género. En Chiapas, el VIH afecta predominantemente a hombres, con una razón de
masculinidad de tres a uno, es decir, por cada tres hombres diagnosticados con el virus,
solo se detecta una mujer. Esta proporción, aunque menor que en otros estados como
Jalisco —donde la relación es de siete a uno—, subraya la necesidad de ampliar el enfoque
de género en las campañas de prevención y atención.
Frente a esta realidad, la Secretaría de Salud ha desarrollado una estrategia combinada de
prevención que no solo contempla el acceso a medicamentos antirretrovirales, sino
también la promoción de cambios de hábitos, la inclusión de la salud mental como parte
del tratamiento integral y la eliminación del estigma. Esta estrategia se materializa en la
atención que ofrecen las clínicas especializadas distribuidas en todo el estado y los dos
CAPAS (Centros Ambulatorios para la Prevención y Atención del Sida y otras Infecciones
de Transmisión Sexual) ubicados en Tuxtla Gutiérrez y Tapachula.
Durante el primer trimestre de 2024, se han realizado alrededor de 19 mil pruebas de
detección de VIH en la entidad, lo que representa una cobertura cercana al 80 por ciento
de la población objetivo. De manera anual, se aplican aproximadamente 63 mil pruebas, lo
que permite la identificación temprana de nuevos casos y, con ello, una mejor posibilidad
de iniciar tratamiento oportunamente.
El grupo de edad con mayor afectación se encuentra entre los 20 y 39 años, lo que
coincide con la etapa más productiva de la vida. Este dato resalta la urgencia de
intensificar las acciones preventivas en la población joven y adulta joven, especialmente
en sectores de alto riesgo como hombres que tienen sexo con hombres, personas usuarias
de drogas intravenosas y trabajadoras sexuales.
Además, Chiapas destaca por ser un punto estratégico en el tránsito migratorio hacia el
norte del continente, lo que ha llevado a las autoridades de salud a implementar medidas
específicas para atender a la población en situación de movilidad. Cada año, se
diagnostican alrededor de 87 casos de VIH en personas migrantes, muchas de las cuales
son de origen centroamericano o sudamericano, y llegan al estado buscando continuar su
tratamiento interrumpido o iniciar uno nuevo dentro del sistema de salud mexicano.
Para mejorar el acceso a diagnóstico y tratamiento, la Secretaría de Salud ha instalado
puntos de atención integral en distintas regiones del estado. En estos espacios se aplican
pruebas rápidas, y en caso de obtener un resultado reactivo, se confirma el diagnóstico
mediante pruebas de laboratorio y se ofrece tratamiento antirretroviral el mismo día,
siempre y cuando no existan contraindicaciones médicas. Esta iniciativa busca disminuir el
tiempo entre la detección y el inicio del tratamiento, lo que es clave para frenar la
progresión del virus y evitar nuevas transmisiones.
Pese a los avances, las organizaciones civiles y colectivos que trabajan en temas de VIH en
Chiapas insisten en que aún persisten barreras estructurales como el estigma social, la
desinformación y la falta de recursos humanos y materiales en zonas rurales, lo que limita
la cobertura efectiva. También señalan que es necesario fortalecer las campañas
informativas en lenguas originarias y adecuadas a las realidades culturales de los pueblos
indígenas del estado.
El desafío en Chiapas no solo es sanitario, sino también social y cultural. La persistencia de
prejuicios, la desigualdad en el acceso a la salud y la vulnerabilidad de ciertos grupos
exigen respuestas integrales, sostenidas y culturalmente pertinentes. Mientras el estado
se mantiene entre los primeros lugares en número de casos nuevos, el compromiso de las
autoridades, la participación comunitaria y la cooperación internacional serán
determinantes para revertir la tendencia y garantizar que el derecho a la salud llegue a
todas las personas, sin distinción.
Con estos datos, la Coordinación Estatal de VIH reitera su llamado a la población
chiapaneca a realizarse la prueba de detección, informarse y participar activamente en las
campañas de prevención, como un paso clave hacia el control de esta epidemia que, pese
a los avances médicos, aún representa un desafío importante para la salud pública en el
estado.