El acuerdo que hizo el titular de la SEP, Mario Delgado, contradice el discurso del Gobierno federal en materia de salud
PORTAVOZ/AGENCIAS
México vive una pandemia de obesidad y de diabetes entonces, ¿por qué Mario Delgado Carrillo se reunió con las empresas más poderosas de México –y del mundo– en el marco de un programa de salud para menores en educación básica?, ¿qué repercusiones tiene a nivel político y económico, y cómo puede impactar en los avances que México ha tenido para combatir los abusos contra la población de esas corporaciones?
Esas preguntas y más se respondieron este martes en “Radicales”, programa que conducen Fabrizio Mejía Madrid, Héctor Alejandro Quintanar y Alejandro Páez Varela, y que se transmite en el canal SinEmbargo Al Aire en la plataforma de YouTube.
La cita del titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) con representantes de estas compañías, coincidieron, contradice el discurso del Gobierno federal en materia de salud, especialmente la de la niñez mexicana, e incluso significa una “capitulación” respecto a la posición que tuvo contra la llamada “industria de la chatarra” el presidente Andrés Manuel López Obrador, cuyas políticas públicas mantuvieron a raya a dichas empresas.
“Lo que hizo Mario Delgado fue recibir a todos los que López Obrador había echado del atrio”, dijo Alejandro Páez; le dio entrada a aquellos para los que sacar dinero de millones de niños es su sueño, agregó.
Firmar un pacto de vida saludable con ellos, añadió Páez, es un error mayúsculo y para el Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo será muy difícil echarlo atrás. “Abrirles la puerta, como hizo Mario Delgado, a la Secretaría de Educación Pública es un error grave, muy grave”, planteó.
“Tú le abres la puerta a ellos [a la industria de la comida chatarra] y lo que tienes detrás es una industria probada para autovalidarse, que ha gastado miles de millones de dólares para mantenerse en el top del consumo global, eso es a lo que le abres la puerta cuando les permites [entrar]”, sostuvo Páez.
Los analistas cuestionaron la lógica del acuerdo. Andrés Manuel López Obrador decía que “cuando algo no suena lógico, suena metálico”.
Por su parte, Fabrizio Mejía destacó que con el logro del etiquetado frontal México había logrado hacer conciencia sobre el daño de la “chatarra”, primero, y luego con la lucha contra los vapeadores informarse sobre sus daños, incluido el que hace su alto contenido de veneno para las ratas.
El periodista y analista político agregó que el propio Conacyt logró cortar apoyos irracionales a esa industria, pero ahora, por un cálculo de Mario Delgado sobre su futuro político, se genera “un arrollidamiento” frente a esa industria generadora de gordos y de males cardíacos.
Por su parte, Héctor Alejandro Quintanar destacó la participación de Bimbo en la política mexicana y recordó que incluso la figura del “Osito Bimbo” era usada como símbolo de resistencia al movimiento liderado por López Obrador.
Pero la empresa de Lorenzo Servitje no solo ha financiado campañas del Partido Acción Nacional (PAN), dijo Quintanar. También ha intervenido en temas como la defensa del pederasta Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo.
Además, destacó en su intervención, por años Servitje ha participado en campañas sucias contra la izquierda mexicana y el poder del dinero le ha permitido doblarle las manos a los políticos.
Los “Radicales” destacaron también el daño de las tabacaleras a los mexicanos y que se ha disfrazado con campañas publicitarias. la adicción a la nicotina, destacaron, es peor que la de la cocaína, por ejemplo.
Por ello, el que Delgado se haya sentado con “los envenenadores número uno”, es una inconsciencia que no cuadra con la imagen y el entorno de la presidenta de México.
Fabrizio Mejía destacó que, por ejemplo, el Gobierno federal transmite en la “Mañanera” un segmento llamado “Vida saludable” y la ocurrencia de Mario Delgado simplemente lo echa por tierra, pues exhibe “lo escandalosamente contradictoria” que es la decisión del titular de la SEP de reunirse con la cúpula de la “industria chatarra”.
La gordura, dijo, es un problema de políticas públicas que no ofrecen dónde la gente puede encontrar comida saludable, en vez de puntos de venta llenos de alimentos ultraprocesados.
Hay que poner una alternativa para bajar, en próximas generaciones, el nivel de gordura y, por supuesto, a eso no van a ayudar Hersheys y Barcel, expuso.
Quintanar destacó que la alimentación humana es también una cuestión de política y no hay manera de separar que esta opción del neoliberalismo nada más permite una opción: la de la “comida chatarra”, por lo que también se impide la libertad.
Para que esa industria triunfe, añadió Páez Varela, se necesita una fuerte dosis de corrupción. Nadie, dijo, ha publicado lo que Mario Delgado hizo el fin de semana pasado porque hay “medios de comunicación y periodistas chatarra”, que “apoyan” a esa industria y hacen posible que millones de mexicanos estén en la espiral de la obesidad y otras enfermedades.