La Embajada de Canadá en México y la delegación de la Unión Europea anunciaron fondos adicionales para proyectos de asistencia e inclusión en el sureste
ARGENIS ESQUIPULAS/PORTAVOZ
En el corazón del sureste mexicano, Tapachula se ha consolidado como un punto clave para la atención humanitaria de personas migrantes. En el marco del Día Internacional del Refugiado, la ciudad volvió a demostrar su solidaridad al albergar una jornada de atención integral en el Centro de Desarrollo Comunitario (CEDECO) Estación Ferroviaria, donde diversas organizaciones civiles, organismos internacionales y dependencias gubernamentales se unieron para brindar apoyo a quienes han dejado sus países en busca de un futuro mejor.
Durante esta jornada conmemorativa, se ofrecieron múltiples servicios gratuitos destinados a la población migrante asentada temporalmente en Tapachula. Médicos voluntarios atendieron consultas generales y realizaron pruebas rápidas para la detección de enfermedades de transmisión sexual. Paralelamente, los más pequeños pudieron disfrutar de actividades lúdicas y recreativas, lo que les permitió vivir un día diferente, lejos de la incertidumbre que conlleva el desplazamiento forzado.
El ambiente fue de colaboración y empatía. Familias de diversas nacionalidades —entre ellas, cubanas, haitianas, venezolanas y centroamericanas— encontraron un lugar seguro donde no solo se les brindó atención, sino también un gesto de humanidad. Este esfuerzo colectivo simboliza el compromiso que mantiene Tapachula con la protección de los derechos de las personas en situación de movilidad.
En entrevista durante el evento, el subsecretario de Movilidad Humana del Gobierno de Chiapas, Eduardo Antonio Castillejos Arguello, ofreció un panorama actualizado sobre la dinámica migratoria en la región. Señaló que, desde enero de 2025, se ha observado una disminución del 50 por ciento en el ingreso de personas migrantes en comparación con años anteriores.
Sin embargo, advirtió que esta disminución no significa la desaparición del fenómeno migratorio.
“Aunque los flujos han bajado considerablemente, seguimos recibiendo personas que necesitan apoyo. Las nacionalidades son ahora más específicas, y los grupos, más pequeños. Pero eso no reduce la importancia de seguir brindando atención”, expresó Castillejos Arguello.
Esta reducción en los flujos migratorios obedece, en gran medida, al endurecimiento de las políticas migratorias implementadas por Gobierno de Estados Unidos. Como consecuencia, muchas personas migrantes han optado por detener su avance hacia el norte, permaneciendo en ciudades como Tapachula en busca de trabajo, seguridad y una oportunidad de reconstruir sus vidas.
La ciudad ha vivido una transformación en los últimos años. Lo que antes era un punto de tránsito migratorio, hoy se configura como un lugar de estancia temporal —y, en algunos casos, definitiva— para cientos de personas que se ven obligadas a replantear sus planes frente a las nuevas realidades geopolíticas.
Castillejos Arguello destacó que muchos migrantes han empezado a integrarse a la vida económica local gracias a los programas de vinculación laboral impulsados desde la Subsecretaría de Movilidad Humana.
Aunque la integración no está exenta de retos, Tapachula se ha convertido en una suerte de “puerto seguro” para quienes no pueden seguir su camino hacia el norte.
“Algunas familias han decidido quedarse varios meses en la ciudad. Están a la espera de un cambio en la política migratoria de Estados Unidos o simplemente buscan adaptarse a la vida aquí”, explicó.
En este contexto, el funcionario mencionó que la mayoría de las personas que actualmente buscan empleo y acceso a servicios básicos son de nacionalidad cubana. Esto responde tanto a factores políticos internos en la isla como a las dificultades que enfrentan estas personas para continuar su ruta migratoria hacia otros destinos.
Desde que Tapachula comenzó a recibir masivamente a personas migrantes, se ha registrado la presencia de más de 100 nacionalidades distintas. Este mosaico multicultural ha dejado una huella imborrable en la vida cotidiana de la ciudad: nuevos sabores, lenguas, costumbres y expresiones artísticas se han entrelazado con la identidad chiapaneca, dando lugar a una convivencia tan desafiante como enriquecedora.
Sin embargo, esta convivencia no siempre ha sido sencilla. La presión sobre los servicios públicos, el mercado laboral y el tejido social ha generado tensiones que requieren de un manejo cuidadoso por parte de las autoridades y la sociedad civil. Aun así, Tapachula ha mostrado una capacidad notable para adaptarse y responder con resiliencia.
Mientras algunas personas migrantes continúan su trayecto o buscan formas de establecerse en el país, otras han optado por regresar voluntariamente a sus lugares de origen. Según datos de la Subsecretaría de Movilidad Humana, quienes más están retornando a sus países actualmente son ciudadanos colombianos y venezolanos. Las razones detrás de estas decisiones son diversas: desde el agotamiento emocional y económico hasta el deseo de reunirse con sus familias o retomar sus vidas tras una experiencia migratoria que no resultó como esperaban.
El evento en CEDECO no habría sido posible sin la participación activa de una red de organizaciones que, día con día, atienden las múltiples necesidades de la población migrante. ONG nacionales e internacionales, agencias de Naciones Unidas y voluntarios independientes trabajan sin descanso para ofrecer alimentos, atención médica, asesoría legal y apoyo psicológico.
Estos actores no solo suplen las carencias estructurales del sistema, sino que también cumplen una función clave en la promoción de los derechos humanos y la visibilización de las historias que hay detrás de cada rostro. En muchos casos, su labor ha sido vital para que personas en situación de extrema vulnerabilidad encuentren una segunda oportunidad.
La conmemoración del Día Internacional del Refugiado en Tapachula no fue únicamente un acto simbólico, sino una manifestación concreta del compromiso por una migración segura, ordenada y digna. Las autoridades locales, en coordinación con los organismos internacionales, han reiterado su voluntad de seguir fortaleciendo los mecanismos de atención e inclusión.
Aun así, el futuro sigue siendo incierto para muchas de las personas que hoy habitan los albergues y comunidades migrantes de Tapachula. La dependencia de factores externos —como la política migratoria de Estados Unidos o la estabilidad de sus países de origen— convierte su destino en una constante interrogante.
Por ello, es fundamental seguir fomentando una visión integral que no solo responda a las urgencias inmediatas, sino que también construya las condiciones para una integración sostenible. Esto implica fortalecer los programas de educación, salud, empleo y regularización migratoria, así como sensibilizar a la sociedad receptora para erradicar la discriminación y la xenofobia.
Tapachula, con sus contradicciones y desafíos, es hoy un microcosmos de la compleja realidad migratoria que atraviesa el continente. Entre la frontera sur y la esperanza del norte, miles de personas depositan aquí sus anhelos y su fe. La ciudad, por su parte, ha aprendido a mirar más allá de las estadísticas, reconociendo que detrás de cada número hay una historia de vida, de pérdida y de lucha.
Eventos como el del CEDECO no son una solución definitiva, pero sí una muestra poderosa de lo que puede lograrse cuando la empatía se convierte en acción. En cada consulta médica, en cada juego infantil, en cada gesto de apoyo, se construyen puentes que desafían los muros, reales o simbólicos.
Porque, al final, la migración no es un problema que se resuelve con barreras, sino una realidad humana que se transforma con voluntad, solidaridad y dignidad. Y en este camino, Tapachula sigue marcando la ruta.
Chiapas, al compartir más de 650 kilómetros de frontera con Guatemala, es la puerta de entrada para miles de personas que huyen de la violencia, la pobreza extrema y las crisis políticas en países como Honduras, El Salvador, Nicaragua, Cuba, Haití y Venezuela. De acuerdo con datos actualizados de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), más del 60 por ciento de las solicitudes de asilo en México se registran en Tapachula, una ciudad que se ha convertido en el epicentro de los flujos migratorios en América Latina.
Durante el primer semestre de 2025, más de 90 mil personas han solicitado la condición de refugiado en Chiapas, cifra que marca un aumento del 18 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior. Esta presión ha puesto a prueba la capacidad de atención del Estado mexicano, al mismo tiempo que ha generado fricciones sociales, tensiones diplomáticas y múltiples retos logísticos y humanitarios.
ACTOS CONMEMORATIVOS Y VOCES REFUGIADAS
En San Cristóbal de Las Casas, una ciudad conocida por su tradición de lucha por los derechos humanos, se organizó un acto simbólico en la Plaza de la Paz, encabezado por organizaciones como el Servicio Jesuita a Refugiados (SJR), el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, ACNUR y la COMAR. Allí, activistas y personas refugiadas compartieron experiencias marcadas por el dolor, pero también por la esperanza.
Fátima, una joven hondureña de 23 años, relató entre lágrimas cómo tuvo que abandonar su hogar tras ser amenazada por pandillas. “México me ha dado una segunda oportunidad, pero no ha sido fácil. Muchas veces nos discriminan o no nos creen. Hoy quiero que escuchen nuestras historias. Somos personas, no estadísticas”, expresó con firmeza.
Durante el evento, también se realizaron presentaciones musicales de grupos migrantes afrocaribeños y una exposición fotográfica titulada “Rostros del Exilio”, que retrató la diversidad y humanidad de quienes han tenido que dejar todo atrás en busca de un lugar seguro.
A pesar de los esfuerzos institucionales y la creciente sensibilización ciudadana, la realidad en Chiapas dista de ser favorable para quienes buscan protección. Organismos como Amnistía Internacional y Médecins Sans Frontières (MSF) han denunciado condiciones de hacinamiento en estaciones migratorias, demoras prolongadas en trámites de refugio, falta de acceso a salud, educación y empleo, así como un aumento de actitudes xenófobas en algunas comunidades.
Además, persisten los abusos por parte de autoridades, como extorsiones, detenciones arbitrarias y deportaciones ilegales, a pesar de que muchas personas tienen derecho a solicitar asilo según la legislación internacional.
EL PAPEL DE LA SOCIEDAD CIVIL Y LOS MUNICIPIOS SOLIDARIOS
En contraste, organizaciones locales y colectivos ciudadanos han jugado un papel crucial en la atención humanitaria. La Red de Albergues para Migrantes en Chiapas, que incluye espacios como Casa Betania, La 72 en Tenosique (Tabasco, aunque también colabora en la región), y CAFEMIN, ha brindado hospedaje, alimentos, asistencia médica y apoyo psicológico a miles de personas.
Asimismo, algunos municipios, como Frontera Comalapa y Las Margaritas, han comenzado a implementar programas de integración local, permitiendo que las personas refugiadas accedan a cursos de español, oportunidades de empleo y reconocimiento de estudios.
PERSPECTIVA INTERNACIONAL Y COOPERACIÓN REGIONAL
El Día Internacional del Refugiado en Chiapas también fue una ocasión para renovar el compromiso con el Pacto Mundial sobre Refugiados, del cual México es signatario. Representantes del ACNUR señalaron la necesidad de fortalecer la cooperación entre países de origen, tránsito y destino para garantizar soluciones duraderas como la integración local, el reasentamiento y el retorno voluntario seguro.
En un comunicado conjunto, la Embajada de Canadá en México y la delegación de la Unión Europea destacaron el papel de Chiapas como un territorio clave para la protección internacional, anunciando fondos adicionales para proyectos de refugio e inclusión en el sureste mexicano.
UN LLAMADO A LA HUMANIDAD
En medio de un panorama complejo y a menudo adverso, el Día Internacional del Refugiado en Chiapas sirvió como recordatorio de que detrás de cada solicitud de asilo hay una historia humana que merece ser escuchada, protegida y valorada. Como dijo en su discurso final el defensor de derechos humanos Pedro Faro:
“El exilio no es una elección, es una necesidad. Y como humanidad, tenemos la obligación moral de abrir las puertas, no levantar muros”.
DATOS CLAVE
-90 mil solicitudes de refugio en Chiapas en 2025 (hasta junio).
-Más del 60 por ciento del total nacional de solicitudes se concentran en Tapachula.
-Principales países de origen: Honduras, Venezuela, Haití, El Salvador, Nicaragua y Cuba.
-Organismos como ACNUR, COMAR y ONG locales actúan en zonas clave como Tapachula, Arriaga y San Cristóbal de Las Casas.