Sostuvieron que es una causa que no se negocia y seguirá viva mientras la Madre Tierra y sus guardianes lo exijan
ARGENIS ESQUIPULAS/PORTAVOZ
En el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, más de tres mil integrantes de los pueblos originarios tseltal, tsotsil, chol y tojolabal caminaron por las calles de la comunidad de Bachajón, municipio de Chilón, para exigir respeto a sus derechos, defender la Madre Tierra y pronunciarse por la construcción de la paz en Chiapas. La movilización fue convocada por el Gobierno comunitario de Chilón, la Pluriversidad Autónoma Comunal Yutsilal Bahlumilal, colectivos indígenas y el pueblo creyente.
Desde las primeras horas, delegaciones de comunidades de la selva chiapaneca comenzaron a reunirse para emprender una peregrinación de más de cinco kilómetros. La marcha, pacífica y simbólica, estuvo marcada por cantos, oraciones y consignas en defensa de la vida y el territorio.
“Somos un pueblo que camina por el sí a la vida desde la espiritualidad de la no violencia, que cuida y defiende a la Madre Tierra”, expresó Miguel Vázquez, vocero de los manifestantes.
UNA MARCHA CON RAÍCES ESPIRITUALES
El recorrido inició en las comunidades de Jatalal y San Martín Cruztón, consideradas por los organizadores como símbolos de resistencia y respeto a la Madre Tierra. Ancianos y ancianas rezaron en los cerros y manantiales, sembraron una cruz como signo de paz y bendijeron el camino.
Uno de los actos más significativos de la jornada fue la siembra de seis árboles tipo ceiba en lugares sagrados. Para los pueblos mayas, la ceiba es símbolo de vida, grandeza y conexión entre el cielo y la tierra. Cada plantación estuvo acompañada de velas encendidas y oraciones comunitarias por la paz y la vida.
“Cada montaña, cada ojo de agua, cada árbol es sagrado. No se trata de un pedazo de tierra que se pueda vender o destruir para dar paso a proyectos que prometen beneficios aparentes; se trata de nuestro hogar”, señalaron en su pronunciamiento.
RECHAZO A MEGAPROYECTOS
Durante la manifestación, las comunidades denunciaron la imposición de megaproyectos impulsados por el Gobierno federal encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, los cuales –aseguran– amenazan su territorio y violan su derecho a la autodeterminación. En particular, señalaron irregularidades en el proceso de consulta del proyecto conocido como “Autopista de las Culturas”.
Los inconformes aseguraron que la consulta no fue previa, libre, ni informada, puesto que únicamente se instalaron casillas en cabeceras municipales, excluyendo a las comunidades directamente afectadas. Además, denunciaron que el Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA) fue publicado después de la consulta pública y elaborado por una empresa interesada en el proyecto, lo que, afirmaron, pone en duda su objetividad.
Acusaron también que el Gobierno de Chiapas dio el banderazo de inicio a las obras en Palenque el 8 de junio de 2025 sin contar con la MIA aprobada y sin el consentimiento de los propietarios de las tierras. “El despojo ya inició con amenazas, falsas promesas y extracción de grava sin permiso”, advirtieron.
CRIMINALIZACIÓN DE DEFENSORES
Otro eje central de la protesta fue la denuncia contra la criminalización de defensores del territorio y derechos humanos. Los manifestantes recordaron los casos de Pedro Cortés y Diego Mendoza, sentenciados a 110 años de prisión en procesos que califican como plagados de irregularidades, y exigieron su liberación.
Asimismo, pidieron justicia para cinco indígenas de San Juan Cancuc condenados a 25 años de cárcel, pese a que el Grupo de Trabajo de la ONU sobre Detención Arbitraria concluyó que su arresto fue ilegal y contrario al derecho internacional.
“Exigimos su liberación inmediata, indemnización y reparación del daño, así como la investigación de las autoridades responsables”, demandaron.
También condenaron el hostigamiento y la difamación contra líderes comunitarios, catequistas, sacerdotes y defensoras de la Madre Tierra, y exigieron el alto a los asesinatos de defensores.
EL CASO DEL PADRE MARCELO PÉREZ
La marcha recordó con dolor el asesinato, el 20 de octubre de 2024, del sacerdote tsotsil Marcelo Pérez Pérez, reconocido a nivel nacional e internacional como defensor de los pueblos indígenas. Aunque el autor material fue sentenciado a 20 años de prisión el pasado 6 de agosto, los manifestantes consideraron la pena “una burla” en comparación con otras condenas injustas que enfrentan defensores indígenas.
“El clamor de la Tierra es también el clamor de los pobres”, citaron de la encíclica Laudato Si’, para subrayar que la defensa de los pueblos originarios es inseparable de la lucha contra la crisis ecológica.
UN LLAMADO POR LA JUSTICIA CLIMÁTICA
En su pronunciamiento final, los participantes hicieron un llamado a toda la sociedad para exigir justicia climática y protección de las comunidades vulnerables al cambio climático y a los conflictos socioambientales. Reiteraron que los pueblos indígenas desempeñan un papel clave en la conservación de los ecosistemas y la biodiversidad, y que su exclusión de las decisiones es una forma de violencia estructural.
La movilización cerró con un acto comunitario en el que se elevó una oración por la paz en Chiapas, el respeto a la autodeterminación de los pueblos y la protección de la Casa Común. Con el sonido del caracol y el aroma del copal, las comunidades reafirmaron su compromiso de seguir caminando juntas en defensa de su territorio.
RESUMEN DE DEMANDAS DE LOS MANIFESTANTES
1. Cancelación del proyecto “Autopista de las Culturas” hasta garantizar una consulta previa, libre e informada.
2. Liberación de Pedro Cortés, Diego Mendoza y los cinco presos de San Juan Cancuc.
3. Fin de la criminalización y hostigamiento contra defensores del territorio.
4. Justicia por el asesinato del padre Marcelo Pérez.
5. Protección de los pueblos indígenas ante megaproyectos y crisis climática.
Con esta marcha, los pueblos indígenas de Chiapas no solo conmemoraron una fecha internacional, sino que enviaron un mensaje claro: la defensa de la vida, la paz y el territorio es una causa que no se negocia y que seguirá viva mientras la Madre Tierra y sus guardianes lo exijan.