La primera comunidad que será intervenida es Frontera, Chanal, en donde la meta es alcanzar una construcción de 22 kilómetros
ARGENIS ESQUIPULAS/PORTAVOZ
Chiapas, uno de los estados con mayor diversidad cultural e indígena de México, se integra por primera vez al Programa de Caminos Artesanales impulsado por la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) en coordinación con el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI). En 2025, ocho comunidades de difícil acceso serán beneficiadas con una inversión inicial de 197 millones de pesos. Esta acción representa un hito en la lucha contra el rezago histórico en infraestructura rural y visibiliza la importancia de una política pública que pone en el centro a las comunidades indígenas como actores principales del desarrollo regional.
UN CAMINO ENTRE LA TIERRA Y LA DIGNIDAD
Chiapas ha sido históricamente sinónimo de riqueza cultural y biodiversidad, pero también de marginación y olvido institucional. A pesar de contar con una de las mayores poblaciones indígenas del país, muchas de sus comunidades han permanecido durante décadas desconectadas del resto del territorio, tanto en términos de comunicación física como de acceso a servicios básicos.
Frente a esta realidad, el Programa de Caminos Artesanales surge como una iniciativa que no solo pretende construir vías de acceso, sino también fortalecer la organización comunitaria, generar empleo local y garantizar el derecho a la movilidad. La directora del Centro SICT en Chiapas, Janette Cosmes Vásquez, anunció la implementación inicial del proyecto en ocho comunidades, con una primera fase de 15 kilómetros de caminos, lo que requerirá una inversión federal de 197 millones de pesos.
“Es el primer año que tenemos el proyecto de Caminos Artesanales. Esperamos para Chiapas un gran beneficio y, sobre todo, que las comunidades puedan atender de buena forma este proyecto que inicia en este mes”, dijo Cosmes Vásquez durante la sesión de capacitación realizada en el municipio de Chanal, punto de arranque del programa.
COMUNIDADES AL VOLANTE DE SU DESTINO
A diferencia de otros proyectos de infraestructura tradicionales, el Programa de Caminos Artesanales tiene un enfoque comunitario: los propios habitantes participan en la construcción, lo que fortalece sus capacidades técnicas, fomenta la autonomía y garantiza que la obra se realice con pertinencia cultural y territorial. Este modelo fue probado exitosamente en Oaxaca en 2019, precisamente bajo la coordinación de Cosmes Vásquez, cuando fungía como delegada del Centro SICT en esa entidad.
“Lo inicié caminando con ellos en el polvo, en la terracería, con la falta de conocimiento de lo que era un programa nuevo. Fue una gran experiencia, sobre todo porque es de beneficio directo a las comunidades”, recordó.
En el caso de Chiapas, la primera comunidad que será intervenida es Frontera, Chanal, que logró cumplir con todos los requisitos técnicos y administrativos. Allí, la construcción iniciará con un tramo de dos kilómetros, con la meta de alcanzar 22 kilómetros en total, conectando eventualmente con otros municipios como Comitán y Las Margaritas.
OCHO CAMINOS, MUCHAS ESPERANZAS
Las comunidades que serán intervenidas en esta primera fase pertenecen a municipios como Chanal, Ocosingo (en dos frentes), Las Margaritas, Chalchihuitán, Huixtán y Amatenango del Valle. Estos territorios comparten una característica: son zonas rurales e indígenas que históricamente han sido excluidas de los proyectos de infraestructura nacionales.
El impacto esperado va mucho más allá del mejoramiento vial. Se estima que la obra en Chanal generará al menos 50 empleos directos, con participación activa tanto de hombres como de mujeres, lo que representa una fuente de ingresos y empoderamiento económico para las familias.
Enrique Jiménez Díaz, habitante de Frontera, Chanal, expresó su agradecimiento por la llegada del programa:
“Este camino facilitará el traslado de enfermos, mujeres embarazadas, estudiantes… es algo que llevábamos muchos años esperando”.
Por su parte, Melecio Hernández Jiménez, también oriundo de la comunidad, comentó que alrededor de cinco comunidades y varias rancherías, con una población conjunta de aproximadamente cinco mil personas, se beneficiarán directamente con este nuevo camino.
UN MODELO REPLICABLE CON ROSTRO INDÍGENA
A nivel nacional, la meta para 2025 es la construcción de 135 caminos artesanales, lo que sumará 432 kilómetros de infraestructura rural en estados como Oaxaca, Guerrero, Durango, Nayarit, Sonora, Jalisco, Veracruz, Puebla, Colima y Zacatecas, además de Chiapas. Para ello, la federación ha destinado alrededor de tres mil millones de pesos.
El programa responde a una demanda de décadas: la inclusión de los pueblos indígenas en la toma de decisiones sobre el desarrollo de su territorio. El INPI ha fungido como mediador clave entre el Gobierno federal y las comunidades, garantizando que el proceso respete las costumbres, los tiempos y los liderazgos locales.
Además, se considera un ejemplo de política pública con enfoque de derechos humanos, pues garantiza el acceso a salud, educación, justicia y otros servicios básicos, al disminuir los tiempos de traslado y fortalecer la movilidad regional.
Sin embargo, el proyecto no está exento de desafíos. La ejecución efectiva del Programa de Caminos Artesanales en Chiapas requerirá superar barreras logísticas, técnicas y culturales. La capacitación de los habitantes, la supervisión constante y el combate a la corrupción en el uso de los recursos serán claves para su éxito.
La orografía del estado también representa un reto: muchas de estas comunidades están situadas en zonas montañosas, con climas extremos y terrenos difíciles. Por ello, la planeación adecuada y la aplicación de técnicas de construcción apropiadas serán fundamentales para garantizar la durabilidad de los caminos.
En entrevista con este medio, un ingeniero involucrado en el diseño técnico de los tramos comentó:
“Estamos hablando de caminos que deben ser resistentes, pero también respetuosos del entorno natural. Es una labor técnica, pero también social y ambiental”.
¿QUÉ ESTÁ EN JUEGO?
Más que simples caminos, este programa representa la posibilidad de integración de comunidades enteras a la vida nacional. La conectividad rural es uno de los pilares del desarrollo social y económico, y su ausencia ha perpetuado la desigualdad estructural en regiones como Chiapas.
La experiencia de Oaxaca demostró que el modelo funciona, pero también que requiere acompañamiento constante, voluntad política y participación comunitaria. Ahora, Chiapas se suma a este proceso con la esperanza de que el polvo de la terracería sea reemplazado por rutas que conduzcan a una vida más digna.
El reto está planteado, y el camino, aunque arduo, ya ha comenzado.
El Programa de Caminos Artesanales se sitúa en una coyuntura donde el Estado mexicano busca saldar una deuda histórica con sus pueblos originarios. Más que una obra de ingeniería, se trata de un acto de justicia social.
Cada kilómetro construido en Chiapas no solo representa una mejor vía de comunicación: es un símbolo de inclusión, participación y esperanza. Es, en suma, un camino que lleva al corazón de México.