De acuerdo con la CFE, las afectaciones se deben a una sobrecarga de energía en el
servicio
YUSETT YÁÑEZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
En las últimas semanas, varias colonias de Tuxtla Gutiérrez, como Barrio Hidalgo, Las
Granjas, Shanká, Albania Baja y Alta, El Roble, así como Jardín Corona Fovissste, han
enfrentado serios problemas de suministro eléctrico. La sobrecarga de energía eléctrica,
por la temporada de calor, ha causado cortes de luz prolongados que afectan a miles de
habitantes de estas comunidades. La situación ha generado una creciente preocupación y
frustración entre los vecinos, quienes se ven obligados a lidiar con las consecuencias de
estos apagones.
María Teresa, una vecina afectada, relató su experiencia con un corte de luz que comenzó
alrededor de las seis de la tarde y se extendió hasta las 10 de la mañana del día siguiente.
“A las seis de la tarde aproximadamente, se nos fue la luz. Reportamos y nos dieron unas
cuatro horas de plazo para que regresara, y apenas acaba de llegar hace rato”, comentó.
La falta de electricidad no solo afecta su rutina diaria, sino que también tiene
implicaciones serias para su familia. “La verdad, sí me afecta bastante porque tengo a mi
mamá de la tercera edad y tengo medicamentos en el refrigerador. Con esto, es muy
complicado”, añadió María.
La situación es especialmente difícil para las personas que dependen de la electricidad
para conservar medicamentos esenciales. Además, el calor intenso ha hecho que abrir las
ventanas no sea una solución viable, dado que el ambiente se vuelve incómodo y poco
seguro. “Es muy complicado, muy, muy complicado. Tarde o temprano hoy para ir al
trabajo, pues sí, y luego no es la primera vez. La semana pasada, que llovió un poco, igual
se nos fue la luz”, expresó María, evidenciando que este problema no es aislado, sino una
situación recurrente.
Gilber Ramírez, otro vecino afectado, también compartió su experiencia. “Desde las seis
de la tarde hasta hoy a las 10 de la mañana, nuestros productos se echan a perder”,
lamentó.
Gilber tiene un negocio de salchichonería, y los cortes de luz han tenido un impacto
directo en su capacidad para operar. La pérdida de productos no solo significa un golpe
económico, sino que también afecta la confianza de sus clientes. “No es solo una molestia,
es una pérdida que no podemos permitirnos”, añadió.
Los problemas de suministro eléctrico en Tuxtla Gutiérrez se han intensificado con el
aumento de la demanda energética debido a las altas temperaturas. La combinación de un
sistema eléctrico sobrecargado y la falta de infraestructura adecuada para soportar esta
demanda ha llevado a un colapso en el servicio. Los vecinos exigen a las autoridades
soluciones inmediatas y sostenibles que garanticen un suministro eléctrico confiable,
especialmente en épocas de calor extremo, cuando la necesidad de electricidad es más
crítica.
Las colonias afectadas han comenzado a organizarse para hacer escuchar su voz y solicitar
acciones concretas. “No podemos seguir así. Necesitamos que nos escuchen y que tomen
medidas para solucionar este problema. No es justo que estemos sufriendo por algo que
deberían poder controlar”, expresó María Teresa, reflejando el sentimiento generalizado
entre los residentes. La solidaridad entre los vecinos ha crecido, y muchos comparten
información sobre cómo lidiar con los apagones y apoyarse mutuamente en momentos
difíciles.
Es fundamental que las autoridades locales y las empresas de suministro eléctrico tomen
en cuenta la gravedad de la situación y trabajen en conjunto para encontrar soluciones
efectivas. La falta de luz no solo afecta la calidad de vida de los habitantes, sino que
también tiene repercusiones en la economía local, especialmente para aquellos que
dependen de la electricidad para sus negocios.
A medida que la temporada de calor avanza, la presión sobre el sistema eléctrico de Tuxtla
Gutiérrez continuará aumentando. La comunidad espera que se tomen medidas
proactivas para evitar que la situación empeore y que las familias puedan disfrutar de un
servicio eléctrico estable y seguro. La voz de los vecinos es clara, merecen un suministro
eléctrico que se adapte a sus necesidades y que les permita vivir con tranquilidad.