Donaciones ciudadanas podrían mejorar el servicio, pero sin apoyo estructural, la crisis seguirá en
la localidad
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: ALEJANDRO LÓPEZ
El reciente accidente entre un tráiler y tres automóviles en Tuxtla Gutiérrez, con un saldo de 31
personas lesionadas, evidenció un problema crítico: la ciudad opera con apenas nueve
ambulancias para una población que supera los 800 mil habitantes. La Organización Mundial de la
Salud (OMS) recomienda un mínimo de 32 unidades, una cifra que dista mucho de la realidad y
que compromete la capacidad de respuesta ante emergencias.
El delegado de la Cruz Roja en Chiapas, Ángel Francisco Tovar Serrano, explicó que la capital del
estado recibe de manera diaria a miles de personas de municipios cercanos, lo que incrementa la
demanda de servicios médicos. Sin embargo, con tan pocas ambulancias disponibles, atender un
accidente de gran magnitud significa dejar sin cobertura a otras emergencias en la ciudad. El
problema se agrava con el aumento de percances en el transporte público, que requieren una
atención simultánea y coordinada.
La insuficiencia de unidades genera retrasos en la atención prehospitalaria, lo que puede marcar la
diferencia entre la vida y la muerte. Las críticas por la tardanza de los servicios de emergencia no
siempre reflejan falta de voluntad, sino una infraestructura limitada. La Cruz Roja, Protección Civil
y el Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM) operan con recursos insuficientes, y
aunque la demanda crece, el número de ambulancias sigue estancado.
Una posible solución sería la contribución ciudadana. Según la Cruz Roja, si cada chiapaneco
donara 50 pesos al año, se podrían adquirir nuevas unidades y fortalecer el equipo de
paramédicos. Cada servicio tiene un costo de al menos 500 pesos, cifra que incluye combustible,
mantenimiento y personal. Con más de tres mil servicios anuales, el modelo de financiamiento
depende de aportaciones voluntarias y esfuerzos institucionales.
El déficit de ambulancias en Tuxtla Gutiérrez no es solo un problema de logística, sino una cuestión
de seguridad pública. Sin una inversión real en infraestructura médica de emergencia, la respuesta
ante accidentes y crisis de salud seguirá siendo deficiente. El aumento en el parque vehicular, la
expansión urbana y el crecimiento poblacional exigen un replanteamiento urgente del sistema de
atención prehospitalaria en la capital chiapaneca.